CHERNOBYL

En 1986 una explosión en la central nuclear de Chernóbil propagó una nube radioactiva en gran parte de lo que fue la Unión Soviética y que ahora son los territorios de Belarús, Ucrania y la Federación de Rusia. Casi 8.4 millones de personas en los tres países fueron expuestas a la radiación.




El gobierno soviético reconoció la necesidad de la ayuda internacional sólo en 1990. Ese mismo año la Asamblea General adoptó la Resolución 45/190, llamando a "la cooperación internacional para abordar y mitigar las consecuencias de la planta nuclear de Chernóbil". Ese fue el comienzo de la participación de las Naciones Unidas en la recuperación de Chernóbil. El grupo de trabajo interinstitucional fue creado para coordinar la cooperación de Chernóbil. En 1991, la ONU creó el Fondo Fiduciario para Chernóbil, en la actualidad bajo la dirección de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Desde 1986, el sistema de las Naciones Unidas y las principales ONG han puesto en marcha más de 230 diferentes estudios y proyectos de asistencia en los ámbitos de salud, seguridad nuclear, rehabilitación, medio ambiente, obtención de alimentos limpios e información

La finalización de la colocación del nuevo confinamiento seguro sobre el antiguo refugio fue un hito importante logrado en 2019, con más de 4 500 millones de euros proporcionados por más de 45 naciones donantes a través de fondos administrados por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD). El nuevo confinamiento seguro fue entregado al Gobierno de Ucrania el 10 de julio de 2019. El alcance del proyecto en términos de cooperación internacional es uno de los más grandes jamás vistos en el campo de la seguridad nuclear.

Dado que las agencias de las Naciones Unidas han cambiado su perspectiva de la asistencia humanitaria a la prevención, recuperación, remediación y desarrollo de la capacidad, se adoptó un enfoque integrado del desarrollo sostenible para abordar las necesidades de las regiones y comunidades afectadas. Las agencias, fondos y programas han continuado trabajando en estrecha colaboración con los gobiernos de Belarús, la Federación de Rusia y Ucrania para proporcionar asistencia para el desarrollo a las comunidades afectadas por Chernóbil.



 


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